En mi Rocio Azul

En mi Rocio Azul

jueves, 27 de noviembre de 2014

Gracias mi Dios

Gracias mi Dios por otro día,
por el alba que augura fortaleza,
por el aura vital de tantas pruebas 
en la humilde misión que nunca expira.
Gracias por las letras que tú inspiras,
por el don que me das, por este encuentro,
por las noches que besas mis desvelos
y despliegas mis audaces utopías.
Gracias por tu aliento y tu sonrisa,
por el llanto que secas con tus manos,
por la fuerza que empuja en el quebranto
y la fiel complicidad que no claudica.


Gracias mi Dios por esta tarde
que despide la mañana con la brisa
y ha dejado su caudal en las primicias
fluyendo entre razones y verdades.
No importa si el dolor en los azares
provocan la nostálgica tristeza,
irrigas con la fe, con tu paciencia
acequias de agua viva a raudales.
Gracias Señor por tu luz, por las señales
que dejas al andar por los caminos
por tantos horizontes recorridos
y el gozo de tu espíritu inefable.



Gracias mi Dios por el ocaso
rosáceo en el crepúsculo de Adviento,
gracias por la voz que en el desierto
es fiel a la verdad de tu legado.
Eterna es tu amistad, gracias por tanto,
por ser siempre leal, siempre sincero,
celoso del espíritu cual verbo
genuino, redentor y soberano.
Dichosos los que en medio del cansancio
creemos en tu alianza salvadora,
suprema, espiritual, que no traiciona
y es sabia en su hacedor discipulado.










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