En mi Rocio Azul

En mi Rocio Azul

martes, 21 de octubre de 2014

En peregrino vuelo

Alas de luz en peregrino vuelo
tan cerca del silencio y el rocío,
cenizas esparcidas por el viento
y ocasos de sincréticos caminos,
convergen sus afluentes sempiternos.


Aquí en la libertad de mi retiro
aprecio el sublime advenimiento
si el cielo que me ofrece el regocijo
y el álveo del crepúsculo discreto
adoran tu presencia en mi lirismo.


Comparto lo que vivo en mis anhelos
aquello que golpea en el hastío,
y humilde en la beldad del sentimiento
se acopla con la fe en lo genuino,
la espada  salvadora de lo eterno.


La oración es el poderoso instrumento de la fe que nos acerca a lo Supremo, edifica voluntades y fortalece almas en espíritu y en verdad.En momentos difíciles la Palabra de Dios nos libera de las pesadumbres, de la agonía y el peso de tantas miserias. A través de peticiones, ruegos, plegarias, entrega humilde, comunión diaria con la fuerza del Espíritu Santo podemos encontrar el punto de equilibrio, de paz interior y esa armonía que solo viene de Dios.
Hermandad en la luz divina del Amor al aceptarnos tal y como somos con nuestras fortalezas y debilidades, con nuestras emociones y tristezas, pecadores de acciones, palabras y omisiones, de silencios confidentes y esperas que perdonan los olvidos.


El poder de la oración es auxiliador, salvador, redentor, sanador por excelencia. La santidad de Dios es absoluta, redime, perdona y salva. Su misericordia y compasión no tienen fin.
Es paciente, compasivo, perseverante en la humildad y fiel a todas sus promesas.
Interactuar con su presencia divina a través de la oración es un compromiso que dignifica y santifica, que permite crecer frente a grandes desafíos y encontrar el eterno auxilio como manifestación de la gloria y la misericordia del Supremo Hacedor y dador de vida.











sempiterno:adj. Que durará siempre; que, habiendo tenido principio, no tendrá fin.

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